Desde nuestros inicios habíamos fabricado muchos pares de calzado , habíamos exportado a muchos países pero en casi ninguna ocasión nuestro calzado había llegado a nuestras antípodas. Y han tenido que ser nuestras queridas menorquinas Torres las que hayan llegado a ese lejano país. ¡Qué ilusión nos genera esa nueva aventura de nuestras abarcas!
Desde aquí queremos dejar constancia de nuestro agradecimiento a la empresa que se ha fijado en nuestro producto y que va a intentar abrirse camino en ese país. Cualquier nuevo inicio empresarial es una aventura pero en esta ocasión la ilusión es compartida.
¡Gracias amigos!
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